Femicidio
en Barracas
Defendamos la vida, frenemos a los liberticidas
A
Barrientos, el femicida, lo frustraba la libertad con la cual ellas vivían.
Pamela, Roxana, Andrea y Sofía eran mujeres adultas que vivían juntas
expresando sin vergüenza el amor y la amistad que las unía, ayudándose entre sí
para capear la situación de pobreza que sufrían. A Barrientos, tan solo verlas
divertirse lo enfurecía, y las molestaba llamándolas “engendros” y “lesbianas
sucias” frente a la indiferencia –o complicidad silenciosa– de algunos vecinos
del lugar. Una noche sintió la impunidad para asesinarlas, sin más. Impunidad
que todavía goza porque, al día de hoy, el fiscal a cargo se niega a caratular
el caso como “femicidio múltiple” y busca pruebas para declarar a Barrientos inimputable. Impunidad que revive en
el discurso del vocero presidencial, cuando rechaza el carácter patriarcal del
crimen; en los dichos de Mondino, ministra de Relaciones Exteriores, al
comparar a gays y lesbianas con gente “piojosa”; o en las palabras de Nicolás
Márquez, asesor y mejor amigo del presidente Milei, cuando dijo que ser
homosexual es “una conducta insana y autodestructiva”.
Es
histórica la complicidad estatal con los femicidas. Pero hoy, los Barrientos
son gobierno. Lo venimos denunciando desde el primer día: Milei y sus secuaces
no conforman solo un gobierno brutalmente ajustador, son profundamente
liberticidas. Son los primeros responsables del clima de violencia difundida,
porque atacan las libertades más elementales y vitales como la libertad
femenina, que es la premisa para la libertad de todos. Porque alientan a los
violentos, fomentan el odio hacia quienes piensan y viven diferente, porque
promueve la censura a quienes levantan la voz.
La
conmoción que sentimos muchas y muchos por este crimen atroz de carácter
fascista, difícil de equiparar con otras tantas expresiones de furia patriarcal
cotidianas, tiene que ayudarnos a comprender mejor los peligros que enfrentamos
y encontrar las fuerzas para reaccionar. Lo que está en juego es la vida, de
las mujeres en primer lugar, y con ello la vida, el bien y la libertad de todos. Unámonos en su defensa impulsando
un Frente Único contra este gobierno reaccionario y liberticida, y para frenar
desde ahora a los violentos que lo secundan.
Ana Gilly