Señales desde Chaco y Jujuy


 Señales desde Chaco y Jujuy


En las últimas semanas, mujeres de las provincias de Jujuy y de Chaco están protagonizando movilizaciones en defensa de la vida y la dignidad. Son distintas las circunstancias que las llevaron a reaccionar: en un caso, por los salarios miserables y por la conservación del medioambiente; en el otro, por el esclarecimiento del femicidio de Cecilia Strzyzowski, al que se sumaron más casos de desapariciones. En ambas ocasiones, las mujeres –junto con los hombres– se enfrentan a lógicas y acciones prepotentes, violentas y mortales que encarnan los políticos, tanto de Juntos por el Cambio como de Unión por la Patria. Vemos las imágenes de represión y de sufrimiento –tratando de no intoxicarnos con el morbo que reina en los medios de (in)comunicación– y sentimos dolor y bronca. Algo que puede derivar en victimización y resignación por las condiciones de existencia, pero también podemos inspirarnos en el protagonismo de muchas que no se doblegan. Las interpretaciones de una misma situación son múltiples, se superponen y contraponen constantemente, sin embargo: ¿cuál es más benéfica para nuestras vidas y para la libertad de las mujeres? ¿Podemos orientar mejor nuestra mirada? ¿Tenemos recursos positivos para hacerlo?

Creemos que el punto de partida que elegimos para mirar –y para mirarnos– es fundamental. Queremos partir de la fuerza de las mujeres y no de la tragedia, que nos atraviesa y que tratamos de combatir cotidianamente. Aquella fortaleza que podemos descubrir, no sin contradicciones, y a la que el machismo patriarcal responde con violencia. ¿Pensamos en el poder benéfico que representa para todos ser el género que da la vida, siendo madres biológicas o no? ¿Nos reflejamos en las maestras o en las enfermeras de Jujuy que recorren kilómetros para educar a las/os niñas/os o que curan haciendo malabares con escasos recursos materiales? ¿Nos reconocemos en aquellas que buscan tejer relaciones y ámbitos más seguros, contra los desvalores de las mafias que involucran, entre otros, a los políticos  también a mujeres– que se sienten impunes, como en Chaco?

Bajo el patriarcado, descubrir nuestra fuerza es complejo. Son miles de años de violencia y mentiras sobre la debilidad femenina, así como es escasa la propia reflexión de las mujeres. Sin embargo, siempre volvemos a poner la vida en el puesto de mando. Es una obra creativa, valiente y bella, indispensable, que no alcanza si no nos detenemos a pensarla. Podemos ser protagonistas de cambio para mejorarnos juntas, también con los hombres más sensibles que comiencen a reconocer el bien que recreamos cada día. Por eso, creemos fundamentales los espacios estables entre mujeres, como los colectivos del CAF. Que puedan acrecentar la conciencia de quiénes somos y quiénes podemos ser; para poder orientarnos juntas frente a la violencia, volviendo siempre a la fuerza de nuestro género como punto de partida.

Cecilia Buttazzoni