Nos encontramos en el Congreso, Av. Rivadavia y Rodríguez Peña a las 16hs
Las mujeres estamos al origen de
la vida y somos protagonistas de
su cuidado, sin embargo, la
violencia patriarcal no da tregua.
Esta situación se agrava por las
guerras en curso, de las que las
mujeres y niñas/os son las
principales víctimas. En Ucrania,
millones de personas siguen
sufriendo las bombas de Putin
mientras Zelensky militariza a la
población con el apoyo
armamentístico de la OTAN, con
EEUU a la cabeza.
El género femenino garantiza la
vida aun en las circunstancias más
terribles. Por el contrario, los
Estados hacen las guerras y a ellas
recurren permanentemente,
expandiendo su lógica bélica y
patriarcal más allá de los campos
de batalla. Sin embargo, Alberto
Fernández habla de América
Latina como un “territorio de
paz… la hipocresía no tiene
límites. Se trata del continente que
tiene las tasas de violencia más
altas del mundo. ¿Acaso las
mujeres en Paraguay no sufren la
persecución de las redes de trata?
¿Y la violencia sistemática en
Colombia en manos del Estado y
las bandas paramilitares? ¿Y las
mortales consecuencias de tener a
un misógino declarado como
Bolsonaro al mando en Brasil? ¿Y
las desapariciones de mujeres en
la Triple Frontera con la
complicidad de Gendarmería? ¿La
ciudad de Rosario, en manos de
narcotraficantes, es un terreno de
“paz”? ¿Y los femicidios en manos
de miembros de la policía
bonaerense? Las mujeres de la
región se encuentran en
permanente estado de guerra,
también dentro de sus hogares:
más del 75% de los femicidios son
cometidos en el seno de la familia
patriarcal. En los últimos años, a
esta guerra patriarcal se sumó un
nuevo aliado de los opresores: el
negacionismo de género, las
pseudoteorías queer. ¿Por qué?
Porque atacan la identidad
femenina –y la humana en
general– y persiguen y cancelan a
quienes la defienden, contando
para ello con el aval institucional,
legal y policial.
Vivir en paz es una aspiración
profundamente humana, y
femenina en particular. Es a lo
que aspira tendencialmente todo
un género, que busca
cotidianamente una vida digna
para sí y para sus seres queridos.
Una aspiración presente en las
motivaciones por las cuales
millones de mujeres nos movilizamos aquel 3 de junio de
2015, por la defensa de una vida
libre y sin violencia. Hoy, esto
requiere un compromiso activo y
combativo por la pacificación.
¿Qué significa? En primer lugar,
sensibilizarnos con las mujeres
que sufren la violencia y buscan
reaccionar, contra la indiferencia
que promueven los Estados y
medios de comunicación.
Clarificarnos, es decir, conquistar
una mirada independiente del
patriarcado y sus aliados, batirse
siempre por la vida y la libertad
de las mujeres. Concientizarnos:
en primer lugar, de la fuerza del
género femenino y de su rol
indispensable en el cuidado de la
vida de todos, combatiendo la
delegación que fomentan los
Estados y también a los
negacionistas que cancelan
nuestra identidad. Unirnos, por
fin, en ámbitos estables solidarios
e independientes de mujeres para
descubrir la fuerza de la unión
femenina contra el aislamiento y
la soledad, para aprender juntas a
defender una vida más libre y
digna para nosotras y para todos.
Te invitamos a ser parte de los
Colectivos que impulsamos y ser
protagonista de este compromiso.
∗ ¡Por la pacificación entre los pueblos,
contra la guerra de Putin y la OTAN!
∗ ¡Mujeres por la paz contra las guerras!
∗ ¡Solidaridad femenina para enfrentar la
violencia patriarcal!
∗ ¡La libertad de las mujeres es la libertad
de todos!
Círculo de Amigas
Feministas
circulodeamigasfeministas@gmail.com
Tel: 5243-7176