En la última semana se filtró un borrador de la Corte Suprema de Estados Unidos, cuya intención sería quitar a las mujeres la posibilidad de abortar. Cinco jueces –la mayoría nombrados por Trump– contra tres pretenden anular el fallo conocido como Roe versus Wade, que autorizó a la joven Roe a abortar en 1973. Cabe aclarar que en Estados Unidos no hay una ley nacional de interrupción del embarazo y lo que ampara a las mujeres para abortar es dicho fallo –que desde entonces sentó jurisprudencia– que se enmarca dentro del derecho constitucional de respetar las decisiones privadas.
El ataque a las mujeres por parte de todos los Estados es una constante en cada rincón del planeta y cada golpe nos lesiona a todas. Sin embargo, la amenaza a nuestras hermanas norteamericanas tiene graves repercusiones mundiales: es un ataque a los orígenes del movimiento feminista y a los derechos conquistados con la lucha de millones de mujeres en la principal democracia del planeta, cuya anulación puede conllevar graves retrocesos en otras partes del mundo.
Lo que está ocurriendo en Estados Unidos recuerda lo que tantas veces hemos denunciado: el ADN patriarcal de los Estados es irreformable. ¿Por qué hoy, después de cincuenta años, se pone en discusión el derecho al aborto en Estados Unidos? ¿Puede tener alguna relación con el inicio de la guerra en el este de Europa, que reaviva el eterno fuego bélico de los Estados, del que Estados Unidos es el gran promotor? Creemos que sí, porque la guerra en curso alimenta otras, empezando por la guerra patriarcal cotidiana contra las mujeres, tanto en las zonas de conflicto como fuera de ellas. En este contexto, las derechas antifemeninas –que nacen y se desenvuelven en el seno de las democracias– toman puestos demando, como fue el caso de Donald Trump y Bolsonaro, o aspiran a ello, como es el caso de la representada por Milei en este país.
Estamos junto a las mujeres norteamericanas que empezaron a reaccionar movilizándose para defender el derecho al aborto contra esta nueva avanzada estatal. Creemos que es imprescindible hacerlo eligiendo unirse de manera solidaria e independiente de todas las instituciones y gobiernos, desde siempre hostiles a la libertad femenina.
Cecilia B.
Publicado en Comuna Socialista 70
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