Somos un
grupo de mujeres organizadas desde principios de 2011. Nos anima una búsqueda
de mejoramiento de la vida en común, que la interpretamos profundamente ligada
a la autodeterminación y liberación del género femenino.
¿Por qué feministas?
Porque queremos
afirmar libremente nuestras elecciones y nuestras capacidades contra la
opresión patriarcal, ese poder negativo masculino que oprime y violenta a las
mujeres y que aun es constitutivo de las sociedades en las que vivimos y de las
relaciones cotidianas. Bajo el patriarcado se nos niega la libertad de elegir
sobre nuestro cuerpo y sobre nuestras vidas, somos ofendidas, agredidas brutalmente,
incluso asesinadas. Creemos en una cuestión ética fundamental: enfrentarnos a
la violencia patriarcal que se despliega ferozmente y de forma velada todos los
días. Pretendemos respeto, dignidad y libertad para cada mujer. Somos
feministas revolucionarias porque queremos cambiar nuestra vida para mejor y
así contribuir a un mejoramiento del conjunto de la sociedad. No nos creemos
iluminadas, ni somos separatistas, ni tampoco queremos la igualdad con el
género masculino opresor. Tampoco somos estatalistas porque consideramos que
las instituciones laicas y religiosas son todas patriarcales y se fundamentan
en la negación de nuestro protagonismo y nuestra libertad. Queremos
experimentar lo que buscamos en primera persona, en nuestras relaciones, en cada
ámbito, cada gesto y cada pensamiento reconociéndonos en nuestras mejores
capacidades y potencialidades para liberarlas en común, siendo protagonistas de
una lucha ardua pero que implica una transformación positiva de nuestro género
y de la sociedad toda.
Nos reconocemos
en la larga revolución feminista que, tal como la define Sara Morace, comenzó
hace 150 años y con distintos ritmos, formas y lugares en el mundo ha comenzado
a cuestionar y poner en crisis al patriarcado. Queremos interpretarla, aprender
de ella, sentirnos parte protagonista de ese recorrido e intentar contribuir en
este revolucionamiento social y humano, radical y positivo que representa un
bien para el conjunto de la humanidad.
¿Por qué amistad?
Amistad porque
en primer lugar el compromiso que estamos iniciando comporta el placer y el
bien de sentirnos unidas, hermanadas en el descubrimiento de nuestras
capacidades y en el descubrimiento de nosotras mismas y de la/s otra/s. Nuestra
amistad es en torno a ideas de autodeterminación y liberación de nuestro género
y a un compromiso mancomunado en ese sentido. Amistad significa en primer lugar
que queremos que ninguna mujer esté sola y que buscamos romper con la lógica de
competencia femenina que alimenta el patriarcado para dividirnos y dominarnos,
de la que lamentablemente tantas veces nuestro género es protagonista.
Nosotras, por el contrario, sentimos y pensamos que la fuerza de cada mujer que
se rebela a la prepotencia machista nos fortalece, nos mejora, nos enriquece y
nos llena de dignidad, así como sentimos la violencia y la opresión que sufre
cada mujer como propia. Queremos contribuir a una cultura de la hermandad y la
amistad feminista expansiva. Las mujeres no sólo tenemos que liberarnos de la
opresión, sino también debemos liberar nuestras energías y capacidades
benéficas y esto implica reconocerlas en todas nosotras en tanto género,
cambiando nuestra conciencia. Partiendo de esto, las relaciones de amistad
feminista pueden ser constitutivas de un nuevo tejido femenino que en la lucha
y en la vida irradie bien, cuidado y libertad.
¿Por qué construir el Círculo?
Creemos que es
fundamental construir un ámbito autoorganizado y autogestionado estable que
promueva la reactividad y la autoorganización independiente de las mujeres en
cada ámbito en el que nos movemos. Por eso asumimos la propuesta de algunas
compañeras de Comuna Socialista de construir este círculo. En los lugares de
estudio, en los trabajos y en los barrios necesitamos unirnos para exigir
nuestros derechos y construir espacios donde las mujeres podamos reapropiarnos
de nuestro protagonismo (que implica pensamiento, sentimiento y acción) para
autodeterminarnos libremente eligiendo sobre nuestras vidas sin tutelas
estatales, religiosas ni familiares. Para fomentar la autodefensa frente a la
violencia patriarcal, que implica construir cercanía entre mujeres aislando así
a los violentos. Porque necesitamos estar unidas y organizadas para sostenernos
en la ruptura con las complicidades conscientes e inconscientes con el
patriarcado.
Nos dirigimos a
las mujeres que quieren cambiar contribuyendo a cambiar la vida de las demás y,
con ello, a toda la humanidad: mujeres de todas las edades, etnias y culturas.
Queremos dialogar, unirnos y compartir ideas también con otros grupos de
mujeres organizadas, afirmando nuestra identidad feminista revolucionaria. Nos
ofrecemos como ámbito abierto, inclusivo y expansivo a todas aquellas que
quieran ser protagonistas de este cambio. El CAF pretende contribuir en poner
los cimientos para un movimiento feminista amplio y combativo, con distintas
voces, en este país. Pensamos que este, nuestro manifiesto, puede ser un
instrumento de diálogo y verificación en común de nuestras perspectivas y
proyectos.