Manifiesto contra la violencia de género

Después de la inmensa manifestación del 3 de junio, las compañeras del Círculo de Amigas Feministas, junto a las decenas de amigas con las que participamos, elaboramos un Manifiesto contra la violencia de género para contribuir a clarificar esta idea y profundizar la reflexión ofreciendo la perspectiva de la solidaridad entre mujeres y su protagonismo como los recursos más útiles y perdurables para transformar y defender nuestras vidas. Impulsamos presentaciones y debates en diversos ámbitos y recolectando más firmas. 
¡El Manifiesto fue firmado por más de 1000 mujeres!

Podés escribirnos a manifiestolavidadcadamujervale@gmail.com



1) Cotidianamente mueren mujeres en todo el planeta víctimas de violencia por parte de varones. Las estadísticas son espeluznantes: algunas hablan de que en la actualidad una de cada tres mujeres en el mundo sufre o ha sufrido violencia de género (ONU). En Argentina muere una mujer cada 30 horas por esta causa.

2) Este fenómeno no conoce fronteras de clase, generación, etnia, nación o cultura. Nos compete a todas y sucede en todos los ámbitos de la vida (familia, ámbitos de estudio, de trabajo, en la vía pública). En la mayoría de los casos (más de la mitad) los agresores son personas conocidas, generalmente parejas o ex parejas, novios, padres, tíos, etc.

3) La llamamos violencia de género o patriarcal porque es la ejercida por varones contra mujeres, por el solo hecho de serlo. No es auténtico hablar de violencia de género femenina. No hay una opresión sistemática de las mujeres hacia los varones como lo es el patriarcado. Además, las cifras son contundentes al respecto: las víctimas somos las mujeres.

4) La violencia de género patriarcal nos atraviesa diariamente y se expresa sobre nosotras de diversas formas. Desde las más leves y cotidianas, como las miradas invasivas, los saludos con toqueteo, el acoso verbal desagradable naturalizado como “piropo” y que oculta livianamente la cosificación de nuestros cuerpos; pasando por el maltrato psicológico, como la subestimación o el menosprecio de lo que hacemos o decimos; hasta llegar a la aberración de la violencia física como la explotación sexual, las violaciones y los golpes que pueden culminar en el asesinato.

5) Esta violencia contra las mujeres se ha transformado en una “norma”, en el sentido de que es parte de la normalidad de miles de familias. El “no te metás”, que responde a la idea según la cual “no hay que meterse en los problemas familiares ajenos”, deja a miles de mujeres aisladas e indefensas. Queremos decirlo con claridad: en las familias también se golpea y se mata.

6) Queremos poner en evidencia esta violencia respetando siempre a las víctimas sin encubrir ni justificar jamás a los agresores.

7) Sentimos la violencia que sufre cada mujer como propia, como una agresión intolerable a nuestro género y a la dignidad humana. Las mujeres que reaccionan ante esto nos dan coraje, nos alientan a comprometernos activamente en defensa de nuestras vidas.

8) El protagonismo de cada mujer es fundamental para comenzar a afrontar la violencia machista. Un primer paso es romper con la pasividad, que se transforma en complicidad. Necesitamos dejar de considerar a este horror como algo ajeno a nosotras. No aceptamos que las mujeres tengamos que vivir bajo estas condiciones, que no son naturales, ni creemos que vivir así sea inevitable.

9) Exigimos respeto, siempre. Defendemos nuestra dignidad como algo irrenunciable. Queremos elegir nuestra vida sin culpas, sin miedo y en libertad.

10) El recurso más importante con el que disponemos es nuestra solidaridad: si comenzamos a sentirnos más unidas y hermanadas los violentos encontrarán menos posibilidades, y las mujeres se sentirán más seguras y fortalecidas para alejarse de ellos o, directamente, para elegir relaciones que no las pongan en riesgo.

11) Exigimos la reglamentación de la ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y la sanción de una ley de interrupción voluntaria del embarazo en forma gratuita, pero sabemos que ese es solo un pasaje de nuestra lucha. Detener la violencia de género depende en primer lugar de nosotras mismas, de nuestra conciencia, de nuestra transformación.

12) Exigimos justicia para todas las víctimas de femicidio.

13) A la violencia de género, solas la sufrimos, unidas podemos enfrentarla.

14) Por Wanda, por Ángeles, por Melina, por Suhene, por todas y por nosotras queremos comenzar a reaccionar. Para defender la vida hay que transformarla. No queremos ser víctimas, queremos ser protagonistas. Depende de nosotras.